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lunes, 9 de septiembre de 2013

DÍA MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO 2013

DÍA MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO
Martes 10 de septiembre de 2013
"El estigma: una barrera importante para la prevención del suicidio."
El 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, se fomentan en todo el mundo compromisos y medidas prácticas para prevenir los suicidios. Cada día hay en promedio casi 3.000 personas que ponen fin a su vida, y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue.

 El problema.
·  Cada año se suicidan casi un millón de personas, lo que supone una tasa de mortalidad "global" de 16 por 100.000, o una muerte cada 40 segundos.
·  En los últimos 45 años las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel mundial. El suicidio es una de las tres primeras causas de defunción entre las personas de 15 a 44 años en algunos países, y la segunda causa en el grupo de 10 a 24 años; y estas cifras no incluyen los tentativas de suicidio, que son hasta 20 veces más frecuentes que los casos de suicidio consumado.
·  Se estima que a nivel mundial el suicidio supuso el 1,8% de la carga global de morbilidad en 1998, y que en 2020 representará el 2,4% en los países con economías de mercado y en los antiguos países socialistas.
·  Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo.
·  Los trastornos mentales (especialmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol) son un importante factor de riesgo de suicidio en Europa y América del Norte; en los países asiáticos, sin embargo, tiene especial importancia la conducta impulsiva. El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales.
     Intervenciones eficaces.
·  Las estrategias que contemplan la restricción del acceso a métodos comunes de suicidio, por ejemplo armas de fuego y sustancias tóxicas como plaguicidas, han demostrado ser eficaces para reducir las tasas de suicidio, no obstante lo cual se deben adoptar enfoques multisectoriales con muchos niveles de intervención y actividades.
·  Los datos disponibles demuestran de forma contundente que la prevención y el tratamiento adecuados de la depresión y del abuso de alcohol y de sustancias reducen las tasas de suicidio, al igual que el contacto de seguimiento con quienes han intentado suicidarse.
     Desafíos y obstáculos.
·  A nivel mundial, la prevención del suicidio es una necesidad que no se ha abordado de forma adecuada debido básicamente a la falta de sensibilización sobre la importancia de ese problema y al tabú que lo rodea e impide que se hable abiertamente de ello. De hecho, solo unos cuantos países han incluido la prevención del suicidio entre sus prioridades.
·  La fiabilidad de los sistemas de certificación y notificación de los suicidios requiere importantes mejoras.
·  Es evidente que la prevención del suicidio requiere también la intervención de sectores distintos del de la salud y exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación tanto del sector de la salud como de otros sectores, como por ejemplo los de la educación, el mundo laboral, la policía, la justicia, la religión, el derecho, la política y los medios de comunicación.
El próximo martes 10 de septiembre marca el 11 aniversario del Día Mundial de la Prevención del Suicidio; el tema es "El estigma: una barrera importante para la prevención del suicidio." Con el patrocinio de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, la OMS y sus colaboradores preconizan una terapia adecuada y medidas de seguimiento para quienes han intentado suicidarse, junto con un tratamiento más mesurado del suicidio por parte de los medios de comunicación. Es necesaria una labor mundial de concienciación de que el suicidio es una de las grandes causas prevenibles de muerte prematura. Los gobiernos deben elaborar marcos normativos para las estrategias nacionales de prevención del suicidio. A nivel local, las declaraciones políticas y los resultados de la investigación deben plasmarse en programas de prevención y actividades comunitarias.
La Asociación internacional para la prevención del suicidio (AIPS) fue fundada por el Profesor Erwin Ringel y Dr. Norman Farberow en 1960. Desde entonces, profesionales y voluntarios de más de cincuenta países se han incorporado a sus filas. La AIPS es una organización no gubernamental vinculada oficialmente a la Organización mundial de la salud con el fin de prevenir el suicidio.

BIOGRAFÍA
Dr. Edwin S. Shneidman
Este prolífico pensador y escritor ha sido merecedor del título de “Padre de la Suicidología moderna” por ser pionero en el campo de la prevención y atención del suicidio
Edwin S. Shneidman, hijo de padres judíos rusos, nació en York, Pensilvania, el 13 de mayo de 1918. Se crió en Lincoln Heights, donde su padre era dueño de una tienda departamental en Broadway y la avenida Griffin. Estudió en la Universidad de California en Los Ángeles y en 1940 obtuvo una Maestría en Psicología. Entre 1942 y 1945 perteneció a las fuerzas armadas, y durante la Segunda Guerra Mundial llegó a ser capitán. Después de la guerra obtuvo su Doctorado en Psicología Clínica y se interesó por estudiar la esquizofrenia, cuando trabajaba en el Hospital de veteranos en Brentwood, EUA. Este trabajo y sus acuciosas labores teóricas y prácticas fueron, sin lugar a dudas, el suelo fértil desde el que floreció su perspectiva de investigación revolucionaria.
Una mañana de 1949, el director del Hospital de Brentwood le pidió escribir cartas de pésame a las viudas de dos jóvenes veteranos de guerra. Ambos se habían quitado la vida. El suicidio, como estudio clínico, no había interesado hasta entonces a Shneidman, no obstante se abocó a investigar exhaustivamente ambos casos. Más aún, sin importarle que el suicidio, desde la perspectiva del análisis médico, no hubiera sido objeto de tematización seria, puso particular interés en su estudio científico. Uno de los casos suicidas capturó en forma importante su atención: se enteró que el occiso había dejado una nota póstuma. Aunque Shneidman nunca había visto una nota póstuma, decidió buscarla y leerla para no interponer sus propios prejuicios y dejar al fenómeno ofrecerle todos los matices posibles. Este fue el detonante de su nueva empresa de vida. En la oficina del forense, en el centro de Los Ángeles, un empleado le indicó que los libros y expedientes de decesos de la ciudad estaban ubicados en una polvosa bóveda subterránea. Lo que se suponía que era una visita de dos horas se convirtió en un asunto de varios meses. Buscó en los folders, recolectó más de 700 notas póstumas, y supo que había encontrado una valiosa fuente para la comprensión del suicidio, pues para Shneidman una nota póstuma es, después de todo, el penúltimo acto de la existencia de la persona que escribe y resulta enormemente útil cuando se coloca en el contexto de todos los detalles de su vida. Desde este enfoque, las notas póstumas son iluminadas por la vida y muchos detalles de ésta se ilustran de manera trágica en el contenido de aquellas.
Siguiendo a su maestro Henry Murray y en clara sintonía con lo manifestado por Freud, Shneidman advirtió que la faceta lingüística verbal de los sujetos, la narrativa de la vida humana, era un claro síntoma de su situación psicológica.8 Lo que una persona dice y escribe, aunado con el modo de decirlo y entonarlo, puede dar suficientes pistas y directrices para determinar su personalidad y su estado emocional. Por ejemplo –y este fue un experimento que Shneidman realizó en 1943–, es posible determinar cuál sujeto es el idóneo para un puesto laboral (según su personalidad) examinando lo que ésta escribe sobre sí misma: la capacidad de respuesta, la lucidez, la cooperatividad y la seguridad en sí mismo son los elementos que pueden revelar la disposición y competencia del aspirante.
Con base en experiencias como la anterior, y con fines de investigación clínica, Shneidman pidió a muchas personas, sin riesgo o previo comportamiento suicida, que escribieran una nota póstuma simulando su próxima muerte por suicidio. Reunió el mismo número de notas localizadas anteriormente en las oficinas forenses (700 y más). Decidió nuevamente leer estos dos grupos de notas póstumas (las genuinas y las simuladas) y en colaboración con su colega, el doctor Norman Farberow, comenzó a analizar las notas sin saber si pertenecían a un grupo o a otro. Utilizaron el método de razonamiento inductivo propuesto por Stuart Mill y encontraron que podían distinguir cuáles notas eran genuinas y cuáles no, así como algunos resultados inesperados y sorprendentes: las notas falsas estaban plenas de drama y melancolía, mientras que las notas reales eran notablemente banales, incluyendo frases como: “deben recoger la ropa en la lavandería, hacer depósitos de cheques”, etc. Una nota decía incluso: “Querida Mary. Te odio. Con amor, George”.
El descubrimiento de esta ambivalencia en relación al morir era revolucionario. El estudio sugería que el suicidio es más una reacción que una decisión. Aprender y comprender acerca de a qué se está reaccionando implicaba entonces una alternativa de acción, la cual podía ser una oportunidad para interrumpir el impulso suicida. Esto se convirtió en la base del enfoque para salvar vidas de Shneidman. Según él, el suicidio resulta de un “dolor psicológico”, y acuñó en inglés la palabra Psychache para describir el dolor psicológico insoportable que se deriva de necesidades psicológicas insatisfechas.
Sus profundas intelecciones lo llevaron a proponer sus ya conocidas Diez características comunes a todo suicidio:
1. El propósito común del suicidio es buscar una solución, 
2. El objetivo común es el cese de la conciencia, 
3. El estímulo común es el Dolor Psicológico Insoportable, 
4. El estresor común son las Necesidades Psicológicas Insatisfechas, 
5. La emoción común es la desesperanza, la desesperación, 
6. El estado cognoscitivo común es la ambivalencia, 
7. El estado perceptual común es la constricción (visión de túnel), 
8. La acción común es escapar, 
9. El acto interpersonal común es la comunicación de la intención suicida, y 
10. La consistencia permanente de los estilos de vida.

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