El Día Mundial de la Rabia (World Rabies Day) se celebra todos los años el 28 de Septiembre. La fecha corresponde al aniversario del fallecimiento de Louis Pasteur, quien desarrolló la primera vacuna contra esta enfermedad. La celebración del día mundial tiene por objeto insistir en las consecuencias de la rabia humana y animal y explicar los medios para prevenir y atajar la enfermedad combatiéndola en los animales. Entre los organizadores se cuentan la Alianza por el Control de la Rabia (ARC), asociaciones de estudiantes de veterinaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, universidades, asociaciones profesionales de médicos y veterinarios, y grupos comunitarios a nivel local en todo el mundo.
La misión del Día Mundial de la Rabia es incrementar la concientización mundial acerca de la rabia, promover la educación sobre el control y prevención de la rabia a nivel local, y movilizar y coordinar recursos hacia la prevención de la rabia humana y el control de la rabia en animales. Aunque el impacto mayor de la rabia ocurre en regiones del mundo donde hay mucha necesidad, la rabia ya no se debe desatender. Las herramientas y la tecnología para la prevención de la rabia humana y canina están disponibles.
Datos y cifras.
- Hay rabia en más de 150 países y territorios.
- Cada año mueren por esta enfermedad más de 55.000 personas, principalmente en Asia y África.
- El 40% de las personas mordidas por animales presuntamente rabiosos son menores de 15 años.
- En la gran mayoría de los casos fatales de rabia humana, los perros han sido la fuente de infección.
- La limpieza de la herida y la inmunización en las horas siguientes al contacto con un animal presuntamente rabioso pueden evitar la aparición de la enfermedad y la muerte.
- Cada año más de 15 millones de personas en todo el mundo reciben tratamiento profiláctico post exposición con la vacuna, para prevenir la enfermedad. Se calcula que de este modo se previenen cientos de miles de muertes anuales por rabia.
¿Qué es la rabia?.
La rabia es una zoonosis (enfermedad transmitida al ser humano por los animales) causada por un virus que afecta a animales domésticos y salvajes, y se propaga a las personas a través del contacto con la saliva infectada a través de mordeduras o arañazos. La rabia está presente en todos los continentes, excepto en la Antártida, pero más del 95% de las muertes humanas se registran en Asia y África. Una vez que aparecen los síntomas, la enfermedad es casi siempre mortal.
La rabia es una enfermedad desatendida de poblaciones pobres y vulnerables, en las que rara vez se notifican las muertes. Ocurre principalmente en comunidades rurales aisladas, donde no se toman medidas para prevenir la transmisión de la enfermedad de los perros a los humanos. La sub notificación de la rabia también impide la movilización de recursos de la comunidad internacional para eliminar la rabia humana transmitida por los perros.
Manifestaciones clínicas.
El periodo de incubación de la rabia suele ser de 1 a 3 meses, pero puede oscilar entre menos de una semana y más de un año. Las primeras manifestaciones son la fiebre, que a menudo se acompaña de dolor o parestesias (sensación inusual o inexplicada de hormigueo, picor o quemazón) en el lugar de la herida. A medida que el virus se propaga por el sistema nervioso central se produce una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal que acaba produciendo la muerte.
La enfermedad puede adoptar dos formas. En la primera, la rabia furiosa, con signos de hiperactividad, excitación, hidrofobia y, a veces, aerofobia, la muerte se produce a los pocos días por paro cardiorrespiratorio. La otra forma, la rabia paralítica, representa aproximadamente un 30% de los casos humanos y tiene un curso menos dramático y generalmente más prolongado que la forma furiosa. Los músculos se van paralizando gradualmente, empezando por los más cercanos a la mordedura o arañazo. El paciente va entrando en coma lentamente, y acaba por fallecer. A menudo la forma paralítica no se diagnostica correctamente, lo cual contribuye a la sub notificación de la enfermedad.
Diagnóstico.
No se dispone de pruebas para diagnosticar la infección por rabia en los humanos antes de la aparición de los síntomas clínicos, y a menos que haya signos específicos de hidrofobia o aerofobia, el diagnóstico clínico puede ser difícil de establecer. La rabia humana se puede confirmar en vida y posmortem mediante diferentes técnicas que permiten detectar virus entero, antígenos víricos o ácidos nucleicos en tejidos infectados (cerebro, piel), y también en orina o saliva.
Transmisión.
Las personas se infectan por la mordedura o el arañazo profundos de un animal infectado. Los perros son los principales huéspedes y transmisores de la rabia. Estos animales son, en todos los casos, la fuente de la infección que causa las 50.000 muertes por rabia humana que se calcula ocurren anualmente en Asia y África. Los murciélagos son la principal fuente de infección en los casos mortales de rabia en los Estados Unidos y Canadá. La rabia del murciélago se ha convertido recientemente en una amenaza para la salud pública en Australia, América Latina y Europa Occidental. Sin embargo, en estas regiones el número de muertes por rabia transmitida por murciélagos es pequeño en comparación con las provocadas por mordeduras de perros infectados. Los casos mortales en humanos por contacto con zorros, mapaches, mofetas, chacales, mangostas y otros huéspedes carnívoros salvajes infectados son muy raros.
También puede haber transmisión al ser humano en caso de contacto directo de material infeccioso (generalmente saliva) con mucosas o heridas cutáneas recientes. La transmisión de persona a persona por mordeduras es teóricamente posible, pero nunca se ha confirmado. Aunque es raro, también puede contraerse la rabia por trasplante de órganos infectados o inhalación de aerosoles que contengan el virus. La ingestión de carne cruda o de otros tejidos de animales infectados no es fuente de infección humana.
Tratamiento.
Tratamiento post exposición.
La profilaxis post exposición (PPE) consiste en:
- Tratamiento local de la herida, iniciado tan pronto como sea posible después de la exposición;
- Aplicación de una vacuna antirrábica potente y eficaz conforme a las recomendaciones de la OMS;
- Administración de inmunoglobulina antirrábica, si está indicado.
El tratamiento eficaz inmediatamente después de la exposición puede prevenir la aparición de los síntomas y la muerte.
¿Quiénes corren mayor riesgo?
La rabia canina constituye una amenaza potencial para más de 3.300 millones de personas en Asia y África. El mayor riesgo lo corren quienes viven en zonas rurales donde no hay disponibilidad o facilidad de acceso a las vacunas e inmunoglobulinas humanas. Los pobres corren mayor riesgo, puesto que el costo medio de la profilaxis post exposición tras el contacto con un animal presuntamente rabioso es de US$ 40 en África y US$ 49 en Asia, donde los ingresos diarios medios son de aproximadamente US$ 1–2 por persona. Se calcula que la rabia causa 20.000 muertes al año en la India (esto es, aproximadamente 2/100.000 personas en riesgo); en África, la cifra correspondiente es de 24.000 (aproximadamente 4/100.000 personas en riesgo).
Aunque pueden verse afectadas personas de cualquier edad, la rabia es más frecuente en los menores de 15 años; por término medio, un 40% de los tratamientos profilácticos post exposición se administran a niños de 5 a 14 años, en su mayoría varones. También están en riesgo todas las personas con exposición continua o frecuente o con un aumento de la probabilidad de exposición debido a la naturaleza de su ocupación o lugar de residencia. Los viajeros que pasen mucho tiempo al aire libre en zonas rurales de alto riesgo donde el acceso inmediato a la atención médica apropiada sea limitado también se deben considerar en riesgo, con independencia de la duración de la estancia. Los niños que viven en zonas afectadas por la rabia o las visitan corren un riesgo especialmente alto.
Prevención.
Eliminación de la rabia canina.
La rabia es prevenible mediante vacunación. La estrategia más rentable de prevención de la rabia humana consiste en eliminar la rabia canina mediante la vacunación de los perros. La vacunación de los animales (y en particular de los perros) ha reducido el número de casos de rabia tanto humana como animal en varios países, y en especial en América Latina. Sin embargo, los aumentos recientes de la rabia humana en algunas zonas de África, Asia y América Latina indican que la rabia está resurgiendo como grave problema de salud pública. La prevención de la rabia humana mediante el control de la enfermedad en los perros domésticos es un objetivo realista en gran parte de África y Asia, y está justificada desde el punto de vista económico por el ahorro futuro en profilaxis post exposición humana.
Inmunización humana preventiva.
Se dispone de vacunas seguras y eficaces para la inmunización preventiva. Se recomienda la vacunación de los viajeros que pasen mucho tiempo al aire libre, particularmente en zonas rurales, y realicen actividades como ciclismo, acampadas o senderismo, y también de los viajeros o expatriados cuya estancia en zonas con riesgo importante sea prolongada. También se recomienda la inmunización preventiva de las personas que tienen ocupaciones de alto riesgo, como los trabajadores de laboratorio que trabajan con virus de la rabia y otros lisavirus vivos, y las personas que realizan actividades que puedan ponerlas en contacto directo, por razones profesionales u otras, con murciélagos, animales carnívoros y otros mamíferos de zonas afectadas por la rabia. Como se considera que los niños corren mayor riesgo porque tienen tendencia a jugar con los animales y pueden sufrir mordeduras más graves o no notificar las mordeduras, conviene analizar la posibilidad de vacunarlos si residen o visitan zonas de alto riesgo.
Respuesta de la OMS.
Durante por lo menos tres décadas, la OMS ha bregado por romper el “círculo de desatención” en materia de prevención y control de la rabia, especialmente en los países de ingresos bajos e intermedios, a través de la sensibilización, la realización de encuestas y estudios, y la investigación sobre el uso de nuevos instrumentos. La Organización sigue fomentando la prevención de la rabia humana mediante la eliminación de la rabia canina y un mayor uso de la profilaxis post exposición por vía intradérmica, que reduce el volumen y el costo de la vacuna de cultivos celulares en un 60 a 80%. La OMS apoya los objetivos de eliminar la rabia humana y la rabia canina en todos los países de América Latina para 2.015, y la rabia humana transmitida por perros en Asia Sudoriental para 2.020. En esta última región, un plan quinquenal (2.012-2.016) se ha propuesto como meta reducir a la mitad el número actualmente estimado de muertes humanas por rabia en los países endémicos.
La vacuna contra la rabia.
Louis Pasteur se dedicó a investigar las causas de diversas enfermedades -como la septicemia, el cólera, la difteria, el cólera de las gallinas, la tuberculosis y la viruela- y su prevención por medio de la vacunación. Es especialmente conocido por sus investigaciones sobre la prevención de la rabia. Tras experimentar con la saliva de animales afectados por la enfermedad, Pasteur llegó a la conclusión de que la enfermedad residía en los centros nerviosos: inyectando un extracto de la médula espinal de un perro rabioso a animales sanos, éstos mostraban síntomas de rabia. Estudiando los tejidos de animales infectados, sobre todo de conejos, Pasteur consiguió desarrollar una forma atenuada del virus que podía emplearse en inoculaciones.
En 1.885 llegaron al laboratorio de Pasteur un muchacho y su madre. El joven había sufrido graves mordeduras de un perro rabioso y su madre le pidió a Pasteur que le tratara con su nuevo método. Al final del tratamiento, que duraba diez días, el muchacho estaba siendo inoculado con el virus de la rabia más potente que se conocía; se recuperó y conservó la salud. Desde entonces, miles de personas se han salvado de la enfermedad gracias a este tratamiento.
Las investigaciones de Pasteur sobre la rabia inspiraron la creación, en 1888, de un instituto especial para el tratamiento de la enfermedad en París. Este acabó llamándose Instituto Pasteur, y fue dirigido por el propio Pasteur hasta su muerte. El Instituto sigue adelante y es uno de los centros más importantes del mundo para el estudio de enfermedades infecciosas y otros temas relacionados con los microorganismos, incluyendo la genética molecular.
BIOGRAFÍA
Louis Pasteur
(Dole, 27 de diciembre de 1822 - Villeneuve I´étang, 28 de septiembre de 1895)
Químico y bacteriólogo francés. Realizó innumerables investigaciones en el campo de las ciencias naturales. La trascendencia de su obra ha hecho que sea considerado como el fundador de la estereoquímica y el impulsor de la microbiología y de la inmunología. Pero por lo que más se lo conoce es por haber desarrollado la vacuna contra la rabia, la cual fue un total éxito. Louis Pasteur nació el 27 de diciembre de 1822 en Dole, Francia. Su padre, que había sido soldado de Napoleón, tenía una curtiduría en la que trabajaba para mantener a su familia. Louis transcurrió su infancia en la ciudad de Abois, donde sus padres se establecieron en 1827. Estudió en el Liceo de Besançon y en la Escuela Normal Superior de París, donde se doctoró en física y química en 1847. Luego fue profesor de química en la Universidad de Estrasburgo (1847-1853), y decano de la Universidad de Lille en 1854. En 1857 fue director de estudios científicos de la Escuela Normal de París, cuyo laboratorio dirigió a partir de 1867. Además, fue director del Instituto que lleva su nombre desde su creación, en 1888, hasta que falleció (1895). Las contribuciones de Pasteur a la ciencia fueron numerosas, y se iniciaron con sus investigaciones en la química orgánica. Descubrió la isomería óptica (1848) mediante la cristalización del ácido racémico, del cual obtuvo cristales de dos formas diferentes. Se considera que este trabajo dio origen a la estereoquímica. Además, por este hallazgo el joven químico, que tenía 26 años, recibió la Legión de Honor Francesa.
Utilizó un nuevo método para eliminar microorganismos que podían degradar al vino, la cerveza o leche. Este procedimiento se denominó pasteurización y ha tenido una aplicación universal en la industria alimentaria, donde lo desarrolló para evitar la alteración de los alimentos. La semejanza entre los procesos de fermentación y la putrefacción y supuración de las heridas, posibilitó la aplicación de sus descubrimientos a la cirugía. En 1871, Pasteur obligó a los médicos de los hospitales militares a hervir el instrumental y los vendajes. Describió un horno, llamado "horno de Pasteur", útil para esterilizar instrumental quirúrgico y material de laboratorio.
En 1865 el científico descubrió los mecanismos de transmisión de la pebrina, una enfermedad que afecta a los gusanos de seda, que en ese entonces amenazaba con hundir a la industria francesa. Como consecuencia de sus trabajos enunció la llamada teoría germinal de las enfermedades, la cual afirma que éstas se inician con la penetración de microorganismos patógenos en el cuerpo humano. Después de 1870 Louis Pasteur investigó sobre las enfermedades contagiosas; y en 1881 se dedicó a estudiar acerca del carbunco del ganado lanar, y consiguió preparar una vacuna de bacterias desactivadas, la primera de la historia. Su labor como investigador fue infatigable. Es así que llegó a desarrollar la vacuna contra la rabia, o hidrofobia, la última gran aportación que hizo al campo de la ciencia. La efectividad de la misma se probó con éxito el 6 de julio de 1885, en un niño que había sido mordido por un perro rabioso y que, gracias a la vacuna, no llegó a desarrollar la hidrofobia. El apoyo popular hizo posible la construcción del Instituto Pasteur, que tuvo desde sus comienzos un merecido prestigio internacional. En 1882 Pasteur fue elegido miembro de la Academia Francesa. Murió el 28 de septiembre de 1895 en Villeneuve I´étang. Cuando le llegó la muerte, Pasteur era ya considerado un héroe nacional y había recibido todo tipo de honores. Se celebró un funeral propio de un jefe de estado en la catedral de Notre Dame y su cuerpo fue inhumado en una magnífica tumba de mármol en el instituto que lleva su nombre y cuyo epitafio él mismo había dictado.
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