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jueves, 12 de septiembre de 2013

DÍA MUNDIAL DEL ALZHEIMER 2013

"Alzheimer: un camino de amor”
Sábado 21 de septiembre 

El próximo sábado 21 de septiembre se celebra el día mundial del Alzheimer, con el lema "Alzheimer: un camino de amor”. La fecha fue escogida desde 1994 por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Alzheimer. El propósito de esta conmemoración es dar a conocer la enfermedad y difundir información al respecto, solicitando el apoyo y la solidaridad de la población en general, de instituciones y de organismos oficiales. La enfermedad de Alzheimer debe su nombre al neurólogo alemán, Alois Alzheimer, que en 1907 describió los síntomas que presentaba una mujer de 48 años con graves problemas de memoria así como las características neuropatológicas de la enfermedad.
De acuerdo a datos publicados por el Dr. Aquiles Salas, médico profesor e investigador de la Universidad Central de Venezuela en el área de Envejecimiento Cerebral y de las Demencias, en el país existen en 2013 entre 120 y 130 mil enfermos de Alzheimer que conviven con sus familias, y para el año 2030 se estima que los casos podrían alcanzar a los 300 mil. Es un serio problema porque está llegando a la población en momentos en que hay pocos servicios médicos donde atenderlos y escasa iniciativa de apoyo a la familia y al afectado. El Dr. Salas es también director de la Fundación Alzheimer de Venezuela y miembro del Consejo Directivo de Alzheimer Disease International, organización cuya sede se encuentra en Londres.

¿Qué es el Alzheimer?

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, de carácter progresivo e irreversible, que aún no tiene origen conocido y para la que, a pesar de los avances en investigación, aún no se conoce ningún tratamiento capaz de curarla. Se caracteriza por la pérdida gradual de neuronas cerebrales que producen un deterioro progresivo de la memoria, el cálculo, la orientación e incluso el habla y el juicio en fases muy avanzadas. Sin embargo, no todo el cerebro está afectado, las lesiones se producen en áreas bien definidas, lo que explica la progresión de la enfermedad. Primero se localiza en las amígdalas cerebrales y en el hipocampo, zonas encargadas de la memoria (por eso los olvidos cada vez más frecuentes) y de regular nuestra vida afectiva (de ahí los cambios de humor, la apatía y los comportamientos incoherentes) para luego pasar a los lóbulos frontales, que intervienen en la vida social y relacional del paciente.

Fases y síntomas de la enfermedad.

Los expertos dividen la evolución de la enfermedad en tres fases: en la primera, conocida como ligera, comienzan los primeros olvidos (alteraciones en la memoria). En lo referente al comportamiento, la persona afectada sufre cambios de humor bruscos y tiene tendencia a aislarse en su entorno familiar. Además, aunque continúa razonando con aparente normalidad, comienza a tener problemas para expresar los términos precisos y sus frases son más cortas.
La siguiente etapa se conoce como fase moderada y se caracteriza por la alteración de la memoria, el olvido de sucesos recientes y la incapacidad para asimilar y comprender situaciones nuevas. Sin embargo, aún persiste en su memoria el recuerdo de hechos pasados, aunque los sitúe mal en el tiempo. También es la fase donde se dan más reacciones agresivas y desproporcionadas, se generan miedos injustificados, aumenta la fatiga corporal y su capacidad para comunicarse sufre una gran merma; repite las mismas frases y no finaliza los argumentos. En este estadío, además, comienza a tener problemas con la coordinación de movimientos, el equilibrio y sus gestos son imprecisos. Esto le lleva a no poder realizar con normalidad las actividades de su vida diaria (vestirse, asearse, conducir…), no tener capacidad de elección y pasar a ser una persona en situación de dependencia.
En la última fase, la severa, el enfermo ya no reconoce a su familia o amigos, pero sí conserva la memoria emocional y por tanto se da cuenta de la persona que le cuida, le ayuda y le quiere. Su humor es imprevisible y ha perdido la capacidad para comprender lo que se le dice, así como para expresar lo que siente.

Tratamiento.

El diagnóstico oportuno y temprano y la participación de la familia pueden hacer que la evolución de la afección sea diferente en cada paciente. En la actualidad no existe cura para la enfermedad, pero sí tratamientos que intentan reducir el grado de progresión de la enfermedad y sus síntomas. Se ha probado la eficacia de fármacos anticolinesterásicos que tienen una acción inhibidora de la colinesterasa, la enzima encargada de descomponer la acetilcolina, el neurotransmisor que falta en el Alzheimer y que incide sustancialmente en la memoria y otras funciones cognitivas. Con todo esto se ha mejorado el comportamiento del enfermo en cuanto a la apatía, la iniciativa y la capacidad funcional y las alucinaciones, mejorando su calidad de vida. Sin embargo, es preciso remarcar que en la actualidad la mejoría obtenida con dichos fármacos es discreta, aunque de acuerdo al doctor Aquiles Salas si la terapia se aplica en estadios tempranos de la patología, estos fármacos podrían ayudar a la persona con Alzheimer a mantener sus funciones cognitivas y su independencia por más tiempo.

Factores de riesgo.

Un aspecto muy importante para conocer la enfermedad son sus factores de riesgo. En este caso puede tratarse factores genéticos, demográficos, médicos o relacionados con los hábitos de vida. El principal es la edad y los estudios revelan que a partir de los 65 años los casos de Alzheimer aumentan exponencialmente, duplicándose cada cinco años; pero además existen diferencias entre géneros, ya que la mujer tiene más posibilidades de desarrollar la enfermedad que el hombre. Asimismo, el estrés y una alimentación no saludable, con gran cantidad de grasas y consumo de alcohol pueden favorecer la aparición de la enfermedad. Otros se relacionan con la genética, puesto que influye el historial médico familiar así como las alteraciones en la proteína beta amiloide, que también constituyen factores de riesgo.
La calidad de vida de las personas que padecen Alzheimer y otras demencias puede mejorar pero, muchas veces, familiares y cuidadores carecen de la información y el apoyo que necesitan. La enfermedad de Alzheimer ni ningún otro tipo de demencia forman parte del proceso natural de envejecimiento. Es posible prevenir su desarrollo y un tratamiento adecuado puede mejorar la calidad de vida de las personas con demencia y de sus familiares.

Nuevo informe de la OMS (2.013): Demencia, una prioridad de salud pública.

Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional de Alzheimer (ADI) Demencia, una prioridad de salud pública, elaborado este año por expertos pertenecientes a más de 24 países por, cada cuatro segundos aparece un nuevo caso de demencia. De acuerdo a las estimaciones realizadas se prevé que la prevalencia de este tipo de enfermedades se dispare en los próximos años. En concreto, se espera que las cifras se tripliquen en el año 2.050, pasando de los 35,6 millones de afectados a los 115,4 millones en tan sólo cuatro décadas. Los datos recogidos han permitido además constatar que la demencia no es sólo un problema asociado a los países desarrollados, sino que su incremento exponencial se está dando también en los países de bajos y medios ingresos.
Respecto al elevado costo económico actual que supone el tratamiento y cuidado de las personas con demencia en el mundo, los expertos solicitan a los gobiernos, responsables políticos en materia de salud y demás agentes implicados, que consideren la demencia como una prioridad de salud pública mundial. A pesar de los elevados índices de prevalencia y del costo económico que suponen estas patologías, el informe denuncia que tan sólo 8 de los 194 Estados miembros de la OMS cuentan con un plan nacional de demencias. Se trata, sin lugar a dudas, de una grave carencia a escala mundial. El texto además advierte de la necesidad urgente de mejorar el diagnóstico precoz de las demencias, dado que incluso en los países de altos ingresos existe un grave desconocimiento de estas patologías, por lo que los casos no llegan a detectarse hasta etapas relativamente tardías de la enfermedad.
El informe Demencia, una prioridad de salud pública también subraya el costo que supone para los familiares el cuidado de las personas afectadas. En este aspecto señala que los cuidadores de personas con demencia presentan un riesgo elevado a padecer trastornos mentales, como depresión y ansiedad, así como otros problemas de salud física, que no se deben ignorar; de allí la necesidad de desarrollar estrategias de atención integral, que consideren no sólo el cuidado de los enfermos, sino también la atención al sufrimiento y desgaste psicológico que supone la enfermedad para los familiares cercanos.
Finalmente, los expertos concluyen que los países miembros de la OMS no están preparados para hacer frente al imparable avance de las demencias en el mundo, pronosticando un fatal desenlace si no se toman medidas urgentes al respecto. Entre las medidas que se deben implementar con carácter prioritario se encuentran: aumentar la capacidad de los sistemas sanitarios para detectar de manera temprana los problemas de demencia, mejorar la concienciación pública sobre la enfermedad, reducir el estigma asociado a estas dolencias y proporcionar los cuidados necesarios, tanto a los afectados como a sus familiares.
Los expertos esperan que el informe se utilice como punto de partida para la planificación e implementación de planes nacionales, ya que es necesario que los sistemas socio-sanitarios estén adecuadamente informados y sean sensibles hacia esta inminente amenaza.

Biografía del Dr. Alois Alzheimer
(Marktbreit, actual Alemania, 1864-Breslau, id., 1915)
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-92272003041200002&script=sci_arttext

Aloysius, hijo del notario Eduard Alzheimer y su segunda esposa Theresia, nació temprano en la mañana del 14 de Junio de 1864 en su casa de Ochsenfurter Strasse 15a, en Marktbreit, un tranquilo pueblo vinícola muy cerca de Wurzburg, la ciudad importante más cercana en el centro de Alemania. Su casa natal, puede ser visitada pues hoy está convertida en un pequeño museo y propiedad de la compañía farmacéutica Lilly.
Alois tuvo dos hermanos, Karl y Johanna. Comenzó su educación en su propio pueblo, completándola en Aschaffenburg en 1883, donde su certificado final reportaba "un conocimiento superior en ciencias naturales".
Estudió medicina en Berlín, Tubingen y Wurzburg. En Berlín asistió a clases de anatomía dictadas por Wilhelm Waldeyer-Hartz, el patólogo que posteriormente acuñaría el término "neurona". Egresó de Wurzburg obteniendo su grado médico en 1888 en la Julius-Maximilians-Universität, con una tesis doctoral titulada "Sobre glándulas ceruminosas del oído" que escribió bajo supervisión del fisiólogo e histólogo suizo Rudolf Albert von Kolliker, lo que le permitió a su vez procesar sus primeras láminas histológicas.
En diciembre de 1888, Alois Alzheimer comenzó su carrera profesional como médico asistente en el Hospital Municipal de Lunáticos y Epilépticos en Frankfurt am Main, establecimiento inaugurado en 1864 y que estaba bajo la dirección de Emil Sioli. Aquí comenzó su educación en psiquiatría y surgió su posterior interés en neuropatología. Por una coincidencia afortunada, al año siguiente se integró a trabajar al mismo asilo el distinguido neurólogo Franz Nissl, quien posteriormente emigraría a una posición de jefatura en Heidelberg.
Nissl y Alzheimer se embarcaron juntos en una extensiva investigación de la patología del sistema nervioso, estudiando en particular la anatomía patológica y normal de la corteza cerebral, trabajo que dio origen a un tratado de seis volúmenes denominado "Estudios Histológicos e Histopatológicos de la Corteza Cerebral", publicado entre 1906 y 1918.
Alzheimer concentró sus esfuerzos sobre el material morfológico de los pacientes, mientras que Nissl desarrollaba estudios experimentales sobre reacción de las células nerviosas a la sección de sus axones. Probablemente Nissl fue el más innovador de los dos, pero su imaginativo entusiasmo fue complementado por la capacidad deductiva de Alzheimer, quien además ya poseía una avanzada técnica para histología experimental.
Entretanto, en abril de 1894, Alois Alzheimer se casó con la viuda Cecilie Simonette Nathalie Geisenheimer, con quien tuvo tres hijos, un hombre y dos niñas. Su hija Gertrudis se casó posteriormente con Georg Stertz, médico polaco que llegó a ser jefe de psiquiatría en Munich. Se ha dicho que Alzheimer asistió médicamente al primer esposo de Cecilie, quien era un adinerado banquero que padecía de sífilis y a su vez paciente del connotado Wilhelm Heinrich Erb; con el patrimonio heredado Alzheimer dispuso de suficiente autonomía económica para financiar sus textos y publicaciones.
Además de su gran contribución a la neuropatología y neurobiología del envejecimiento su trabajo como investigador incluyó artículos en otros tópicos, como parálisis progresiva luética, arterioesclerosis del cerebro, alcoholismo y epilepsia. Adicionalmente, fué un renombrado psiquiatra forense de la época.
Con respecto al término "Enfermedad de Alzheimer" éste se origina en el registro del caso de una paciente de 51 años de edad llamada Auguste D. quien había sido ingresada al Hospital de Frankfurt el 25 de noviembre de 1901, con signos de demencia. El propio Alzheimer examinó a la paciente y de su puño y letra está escrito lo siguiente:
"ella permanece sentada en la cama con expresión de impotencia. Le pregunto: ¿cuál es su nombre? Auguste. ¿Y su apellido? Auguste. ¿Y el nombre de su esposo? Auguste, yo pienso. ¿El de su marido? Ah, mi marido? ( ella mira como si no comprendiera la pregunta ). ¿Está usted casada? con Auguste. ¿Sra. D.? Sí, con Auguste D".
Posteriormente, en 1903 Alois Alzheimer dejó Frankfurt y después de una corta estadía en Heidelberg, se trasladó a Munich para continuar sus actividades médicas y científicas en la Clínica Psiquiátrica Real, siguiendo a su director Emil Kraepelin, una de las mayores personalidades de la psiquiatría biológica alemana. Cuando Auguste D. falleció en abril de 1906, a causa de una septicemia derivada de úlceras de decúbito, su cerebro le fué enviado al Dr. Alzheimer desde Frankfurt por E. Sioli.
Bajo su supervisión, el Laboratorio Anatómico establecido en esta clínica de Munich llegó a ser uno de los centros líderes de la investigación histopatológica contando entre sus estudiantes a grandes médicos y científicos, como Hans-Gerhard Creutzfeldt, Alfons Jakob, Constantin von Economo, Ludwig Merzbacher, Gaetano Perusini y F.H. Lewy, entre otros.
Con ocasión del "37° Encuentro de Psiquiatras del Sureste de Alemania" sostenido en Tubingen el 3 de noviembre de 1906, A. Alzheimer reportó en forma oral el caso de su paciente. El título de su presentación fue "Una enfermedad característica del córtex cerebral". La descripción neuropatológica completa fue publicada al año siguiente en Allgem Z Psychiatr Psych-Gerich Med.
Posteriormente, quien le dio el nombre de Enfermedad de Alzheimer a esta nueva entidad clínica y patológica fue Emil Kraepelin, quien asignó este término a la demencia presenil en la octava edición, de 1910, de su texto Psychiatrie: Ein Lehrbuch fur Studierende und Artze.
El 16 de Julio de 1912, A.Alzheimer fue nombrado Director de la Clínica de Psiquiatría y Neurología en la Universidad Silesian Friedrich-Wilhelm en Breslau (Wroclaw ), Polonia, por un decreto firmado por el Emperador Guillermo II de Prusia.
En su viaje a Wroclaw, A.Alzheimer contrajo una tonsilitis que se complicó con artritis y nefritis y desde entonces nunca recuperó bien su salud. Desde octubre de 1915 hacia adelante, Alzheimer comenzó a permanecer más en cama hasta que finalmente falleció víctima de una endocarditis reumática e insuficiencia renal el 19 de diciembre de 1915, en Breslau, a la edad de 51 años. Hoy sus restos descansan en el cementerio principal de Frankfurt am Main, junto a su esposa quien ya había sido sepultada allí el 28 de Febrero de 1901.

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