Sábado 19 de Octubre
El cáncer de mama es
el más común entre las mujeres en todo el mundo, y está aumentando
especialmente en los países en desarrollo, donde la mayoría de los casos se
diagnostican en fases avanzadas.
DÍA MUNDIAL DEL CÁNCER DE MAMA.
El 19 de Octubre de se celebra el Día Mundial contra el
Cáncer de Mama, y lo que se pretende es tomar conciencia a todas las mujeres de
que cuanto más temprano se realiza un diagnóstico más posibilidades habrá de
erradicar la enfermad del cuerpo. En este día se insiste en que un diagnóstico
a tiempo es la mejor solución para las pacientes, porque según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), cada 30 segundos en algún lugar del mundo se
diagnostica un cáncer de mama.
Cada año en este día, la OMS apoya a la Unión
Internacional contra el Cáncer y promueve medidas para aliviar las cargas
producidas por el desarrollo de la enfermedad. La prevención del cáncer es muy
importante y debe procurarse la mejora de la calidad de vida de los enfermos.
Es un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados de células que puede
aparecer en diversos lugares del cuerpo. El tumor suele invadir el tejido
circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo. En
muchos casos se podría prevenir evitando la exposición a factores de riesgo
habituales como el humo del tabaco y un modo de vida poco sano. El número total
de casos está aumentando en todo el mundo. Un porcentaje importante de cánceres
pueden curarse mediante cirugía, radioterapia o quimioterapia, especialmente si
se consigue una detección precoz. Todos debemos colaborar para la prevención y
erradicación, si fuera posible, de esta enfermedad.
CÁNCER DE MAMA.
Introducción.
El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en las
mujeres tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. La
incidencia de cáncer de mama está aumentando en el mundo en desarrollo debido a
la mayor esperanza de vida, el aumento de la urbanización y la adopción de
modos de vida occidentales.
Aunque reducen en cierta medida el riesgo, las
estrategias de prevención no pueden eliminar la mayoría de los casos de cáncer
de mama que se dan en los países de ingresos bajos y medios, donde el
diagnóstico del problema se hace en fases muy avanzadas. Así pues, la detección
precoz con vistas a mejorar el pronóstico y la supervivencia de esos casos
sigue siendo la piedra angular del control del cáncer de mama.
Las estrategias de detección precoz recomendadas para los
países de ingresos bajos y medios son el conocimiento de los primeros signos y
síntomas, y el cribado basado en la exploración clínica de las mamas en zonas
de demostración. El cribado mediante mamografía es muy costoso y se recomienda
para los países que cuentan con una buena infraestructura sanitaria y pueden
costear un programa a largo plazo.
Muchos países de ingresos bajos y medios que afrontan la
doble carga de cáncer cervicouterino y cáncer de mama deben emprender
intervenciones costo eficaces y asequibles para hacer frente a esas
enfermedades altamente prevenibles.
La OMS promueve el control del cáncer de mama en el marco
de los programas nacionales de lucha contra el cáncer, integrándolo en la
prevención y el control de las enfermedades no transmisibles. La Organización,
con el apoyo de la Fundación Komen, está llevando a cabo un estudio de 5 años
sobre la costoeficacia del control del cáncer de mama en diez países de
ingresos bajos y medios.
El proyecto incluye un instrumento de estimación de
costos de los programas para evaluar las posibilidades de financiarlos. Se
espera que los resultados de este proyecto aporten datos que permitan formular
políticas apropiadas contra el cáncer de mama en los países poco desarrollados.
Carga de cáncer de
mama.
El cáncer de mama es el más común entre las mujeres en
todo el mundo, pues representa el 16% de todos los cánceres femeninos. Se estima
que en 2004 murieron 519000 mujeres por cáncer de mama y, aunque este cáncer
está considerado como una enfermedad del mundo desarrollado, la mayoría (69%)
de las defunciones por esa causa se registran en los países en desarrollo (OMS,
Carga Mundial de Morbilidad, 2004).
La incidencia varía mucho en todo el mundo, con tasas
normalizadas por edad de hasta 99,4 por 100000 en América del Norte. Europa
oriental, América del Sur, África austral y Asia occidental presentan
incidencias moderadas, pero en aumento. La incidencia más baja se da en la
mayoría de los países africanos, pero también en ellos se observa un incremento
de la incidencia de cáncer de mama.
Las tasas de supervivencia del cáncer mamario varían
mucho en todo el mundo, desde el 80% o más en América del Norte, Suecia y
Japón, pasando por un 60% aproximadamente en los países de ingresos medios,
hasta cifras inferiores al 40% en los países de ingresos bajos (Coleman et al.,
2008). La bajas tasas de supervivencia observadas en los países poco
desarrollados pueden explicarse principalmente por la falta de programas de
detección precoz, que hace que un alto porcentaje de mujeres acudan al médico
con la enfermedad ya muy avanzada, pero también por la falta de servicios
adecuados de diagnóstico y tratamiento.
Factores de riesgo
del cáncer de mama.
Se conocen bien varios factores de riesgo del cáncer de
mama. Sin embargo en la mayoría de las mujeres afectadas no es posible
identificar factores de riesgo específicos (IARC, 2008; Lacey et al, 2009).
Los antecedentes familiares de cáncer de mama multiplican
el riesgo por dos o tres. Algunas mutaciones, sobre todo en los genes BRCA1,
BRCA2 y p53, se asocian a un riesgo muy elevado de ese tipo de cáncer. Sin
embargo, esas mutaciones son raras y explican solo una pequeña parte de la
carga total de cáncer mamario.
Los factores reproductivos asociados a una exposición
prolongada a estrógenos endógenos, como una menarquia precoz, una menopausia
tardía y una edad madura para el primer parto figuran entre los factores de
riesgo más importantes del cáncer de mama. Las hormonas exógenas también
conllevan un mayor riesgo de cáncer de mama, por lo que las usuarias de
anticonceptivos orales y de tratamientos de sustitución hormonal tienen más
riesgo que las mujeres que no usan esos productos. La lactancia materna tiene
un efecto protector (IARC, 2008, Lacey et al., 2009).
Danaei y colaboradores (Danaei et al., 2005) han
calculado la contribución de diversos factores de riesgo modificables,
exceptuando los factores reproductivos, a la carga global de cáncer de mama.
Los autores concluyen que el 21% de todas las muertes por cáncer de mama
registradas en el mundo son atribuibles al consumo de alcohol, el sobrepeso y
la obesidad, y la falta de actividad física.
Esa proporción fue mayor en los países de ingresos altos
(27%), y el factor más importante fue el sobrepeso y la obesidad. En los países
de ingresos bajos y medios, la proporción de cánceres de mama atribuibles a
esos factores de riesgo fue del 18%, y la falta de actividad física fue el
factor determinante más importante (10%).
La diferente incidencia del cáncer de mama en los países
desarrollados y los países en desarrollo puede explicarse en parte por los
efectos de la alimentación, unidos a la mayor edad del primer embarazo, el
menor número de partos y el acortamiento de la lactancia (Peto, 2001). La
creciente adopción de modos de vida occidental en los países de ingresos bajos
y medios es un determinante importante del incremento de la incidencia de
cáncer de mama en esos países.
Control del cáncer de
mama.
La OMS promueve la lucha contra el cáncer de mama en el
marco de programas nacionales amplios de control del cáncer que están
integrados con las enfermedades no transmisibles y otros problemas
relacionados. El control integral del cáncer abarca la prevención, la detección
precoz, el diagnóstico y tratamiento, la rehabilitación y los cuidados
paliativos.
La sensibilización del público en general sobre el
problema del cáncer de mama y los mecanismos de control, así como la promoción
de políticas y programas adecuados, son estrategias fundamentales para el
control poblacional del cáncer de mama. Muchos países de ingresos bajos y
medios afrontan actualmente una doble carga de cáncer mamario y cáncer
cervicouterino, que son las principales causas de muerte por cáncer entre las
mujeres de más de 30 años. Es preciso que esos países implementen estrategias
combinadas que aborden estos dos problemas de salud pública de manera eficaz y
eficiente.
Prevención.
El control de factores de riesgo específicos
modificables, así como una prevención integrada eficaz de las enfermedades no
transmisibles que promueva los alimentos saludables, la actividad física y el
control del consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, podrían llegar a
tener un efecto de reducción de la incidencia de cáncer de mama a largo plazo.
Detección precoz.
Aunque se puede lograr cierta reducción del riesgo
mediante medidas de prevención, esas estrategias no pueden eliminar la mayoría
de los cánceres de mama que se registran en los países de ingresos bajos y
medios. Así pues, la detección precoz con vistas a mejorar el pronóstico y la supervivencia
del cáncer de mama sigue siendo la piedra angular del control de este tipo de
cáncer (Anderson et al., 2008).
Hay dos métodos de
detección precoz:
1. El diagnóstico precoz o el conocimiento de los primeros
signos y síntomas en la población sintomática, para facilitar el diagnóstico y
el tratamiento temprano, y
2. El cribado, es decir, la aplicación sistemática de
pruebas de tamizaje en una población aparentemente asintomática. Su objetivo es
detectar a las personas que presenten anomalías indicativas de cáncer. Un
programa de cribado es una empresa mucho más compleja que un programa de
diagnóstico precoz. (OMS, 2007).
Independientemente del método de detección precoz
utilizado, dos aspectos esenciales para el éxito de la detección precoz poblacional
son una atenta planificación y un programa bien organizado y sostenible que se
focalice en el grupo de población adecuado y garantice la coordinación,
continuidad y calidad de las intervenciones en todo el continuum asistencial.
La selección como objetivo de grupos de edad inadecuados, por ejemplo mujeres
jóvenes con bajo riesgo de cáncer de mama, puede traducirse en una disminución
del número de cánceres detectados por mujer sometida a cribado, y reducir así el
costo eficacia de la medida. Además, esa focalización en las mujeres más
jóvenes obligaría a analizar más tumores benignos y provocaría una sobrecarga
innecesaria de los servicios de salud, por los recursos diagnósticos
adicionales que entrañaría (Yip et al., 2008).
Diagnóstico precoz.
El diagnóstico temprano sigue siendo una importante
estrategia de detección precoz, particularmente en los países de ingresos bajos
y medios, donde la enfermedad se diagnostica en fases avanzadas y los recursos
son muy limitados. Algunos datos sugieren que esta estrategia puede dar lugar a
un "descenso del estadio TNM" (aumento de la proporción de cánceres
de mama detectados en una fase temprana) de la enfermedad, que la haría más
vulnerable al tratamiento curativo (Yip et al., 2008).
Mamografías de
cribado.
La mamografía es el único método de cribado que se ha
revelado eficaz. Si su cobertura supera el 70%, esta forma de cribado puede
reducir la mortalidad por cáncer de mama en un 20% - 30% en las mujeres de más
de 50 años en los países de ingresos altos (IARC, 2008). El tamizaje basado en
esta técnica es muy complejo y absorbe muchos recursos, y no se ha hecho
ninguna investigación sobre su eficacia en los entornos con recursos escasos.
Autoexploración
mamaria.
No hay datos acerca del efecto del cribado mediante
autoexploración mamaria. Sin embargo, se ha observado que esta práctica
empodera a las mujeres, que se responsabilizan así de su propia salud. En
consecuencia, se recomienda la autoexploración para fomentar la toma de
conciencia entre las mujeres en situación de riesgo, más que como método de
cribado.
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