"LA SALUD MENTAL Y LOS ADULTOS MAYORES”
Jueves 10 de Octubre
Cada año, el 10 de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se une a la celebración del Día Mundial de la Salud Mental. El día se conmemora desde año 1992 por iniciativa de la Federación Mundial de Salud Mental y la Organización Mundial de la Salud OMS que la apoya a través de la sensibilización sobre temas de salud mental por sus fuertes relaciones con los Ministerios de Salud y organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo. La OMS también desarrolla material técnico y de la comunicación y proporciona asistencia técnica a los países para las campañas de promoción en torno al Día Mundial de la Salud Mental. El tema del Día Mundial de la Salud Mental en 2013 es "La salud mental y los adultos mayores".
Datos y Cifras (Borrador del Plan de Acción para la Salud Mental 2013-2020 de la OMS).
- Los desórdenes mentales y neurológicos afectan en el mundo a unos 700 millones de personas, la mayoría no cuentan con la atención psicosanitaria adecuada.
- Los trastornos mentales y las enfermedades neurológicas representan el 13 % del total de las dolencias mundiales.
- Los trastornos mentales y neurológicos representan una tercera parte de los casos de enfermedades no transmisibles en el mundo.
- 350 millones de personas en el mundo padecen depresión.
- 90 millones de personas en el mundo conviven con un desorden de abuso de substancias.
- 50 millones de personas en el mundo padecen epilepsia.
- 35,6 millones de personas en el mundo sufren Alzheimer y otras demencias.
- La Unión Europea calcula que las enfermedades mentales provocan una pérdida de entre el 3 y el 4 por ciento del Producto Interno Bruto a causa de la falta de productividad;
- El Foro Económico Mundial calcula que el costo mundial de estas dolencias se eleva a más de 2,5 billones de dólares.
¿Qué es la Salud Mental?
La salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. La dimensión positiva de la salud mental se destaca en la definición de salud que figura en la Constitución de la OMS: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. La salud mental abarca una amplia gama de actividades directa o indirectamente relacionadas con el componente de bienestar mental incluido en la definición de salud ya mencionada de la OMS. Está relacionada con la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y rehabilitación de las personas afectadas por dichos trastornos.
Cuando se habla de trastornos mentales, se hace referencia al pensamiento humano y todas sus funciones, las cuales pueden desmoronarse, como un castillo de arena y verse afectadas por diferentes enfermedades que pueden aparecer en cualquier momento de la vida, desde la niñez hasta la vejez. Es importante que sepamos que ninguno de nosotros es inmune a los trastornos mentales, no importa en qué país se viva o si se es rico o pobre.
En la mayoría de los países, sobre todo en los de ingresos bajos y medios, los servicios de salud mental adolecen de una grave escasez de recursos, tanto humanos como económicos. La mayoría de los recursos de atención sanitaria disponibles se destinan actualmente a la atención y el tratamiento especializados de los enfermos mentales y, en menor medida, a un sistema integrado de salud mental. En lugar de proporcionar atención en grandes hospitales psiquiátricos, los países deberían integrar la salud mental en la asistencia primaria, ofrecer atención de salud mental en los hospitales generales y crear servicios comunitarios de salud mental. Aún más reducidos son los fondos disponibles para la promoción de la salud mental, expresión amplia que abarca toda una serie de estrategias destinadas a lograr resultados positivos en materia de salud mental. El desarrollo de los recursos y las capacidades de la persona y la mejora de la situación socioeconómica figuran entre los objetivos de esas estrategias.
La promoción de la salud mental requiere que se adopten medidas multisectoriales, en las que participen diversos sectores del gobierno y organizaciones no gubernamentales o comunitarias. El principal fin ha de ser promover la salud mental durante todo el ciclo vital, para garantizar a los niños un comienzo saludable en la vida y evitar trastornos mentales en la edad adulta y la vejez.
¿Qué se puede hacer para fomentar y proteger los derechos humanos de los enfermos mentales?.
Los enfermos mentales están expuestos en todo el mundo a una amplia gama de violaciones de los derechos humanos. La estigmatización hace que a menudo sean aislados y no reciban los cuidados que necesitan. En algunas comunidades son expulsados, abandonados sin comida y semidesnudos o en harapos, atados y apaleados. Poca mejor suerte tienen los pacientes de muchos hospitales mentales, inmovilizados con grilletes metálicos, confinados en camas-jaula, privados de ropa, de una cama decente, de agua potable o de instalaciones sanitarias adecuadas, desatendidos o maltratados.
Los enfermos mentales también tienen que enfrentarse diariamente a la discriminación en la educación, el empleo y la vivienda. En algunos países incluso se les prohíbe que voten, se casen o tengan hijos.
Cómo evitar esas violaciones?.
- Cambiando las actitudes y aumentando la concienciación. Los Ministerios de Salud, los grupos de usuarios de los servicios de salud mental y sus familiares, los profesionales sanitarios, las organizaciones no gubernamentales, las instituciones universitarias, las organizaciones profesionales y otros interesados deberían unir sus fuerzas para educar a la población y cambiar sus actitudes hacia las enfermedades mentales, además de abogar por los derechos de los enfermos mentales.
- Mejorando los derechos humanos en los servicios de salud mental. Se deben crear mecanismos de vigilancia de los derechos humanos para proteger a los pacientes del trato inhumano y degradante, de las malas condiciones de vida y de los ingresos y tratamiento involuntarios inapropiados y arbitrarios. Los pacientes también deben tener acceso a mecanismos de reclamación en caso de violación de sus derechos humanos.
- Dando poder efectivo a los usuarios de los servicios de salud mental y a sus familiares. Los gobiernos deben apoyar la creación o fortalecimiento de las organizaciones de usuarios de los servicios de salud mental y de sus familiares. Dichos grupos se encuentran en la mejor posición para señalar los problemas, explicar sus necesidades y contribuir a encontrar soluciones para mejorar la salud mental en los países, por lo que tienen una función esencial que desempeñar en el diseño y aplicación de las políticas, planes, leyes y servicios.
- Sustituyendo las instituciones psiquiátricas por la atención en la comunidad. Las grandes instituciones, tan a menudo asociadas a violaciones de los derechos humanos, deben ser sustituidas por centros comunitarios de salud mental, apoyados por camas de hospital para pacientes psiquiátricos en los hospitales generales y la atención domiciliaria.
- Aumentando la inversión en salud mental. Los gobiernos tienen que dedicar una mayor proporción de sus presupuestos sanitarios a la salud mental. Además, es necesario desarrollar y formar a más profesionales de la salud mental con el fin de asegurar que la población tenga acceso a servicios de salud mental de calidad en todos los niveles del sistema de atención sanitaria.
- Adoptando políticas, leyes y servicios que fomenten los derechos humanos. Los países deben poner en práctica políticas, leyes y servicios de salud mental que fomenten los derechos de los enfermos mentales, les den poder efectivo para hacer elecciones sobre su vida, les proporcionen protección legal y les aseguren su plena integración y participación en la comunidad.
La OMS ha iniciado un programa mundial de acción para ayudar a los países a elaborar y aplicar políticas, planes y legislaciones de salud mental coherentes e integrales y a asegurar la disponibilidad de servicios de salud mental a nivel comunitario. Esto incluye el desarrollo de los recursos humanos en la esfera de la salud mental. Aproximadamente cuatro de cada cinco personas que necesitan atención por trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias en los países con ingresos bajos y medios-bajos no la reciben, en consecuencia, el déficit en el tratamiento de trastornos mentales, neurales y por abuso de sustancias es formidable. En este sentido, la 65ª Asamblea Mundial de la Salud celebrada el 25 de mayo de 2012, adoptó la resolución WHA65.4, referente a la carga mundial de trastornos mentales y la necesidad de articular una respuesta integral y coordinada del sector de la salud y los sectores sociales en los países. En la resolución se insta a los Estados Miembros a asignar recursos suficientes a la salud mental y se pide a la OMS que prepare un plan de acción integral sobre salud mental para presentarlo en la 66 ª Asamblea Mundial de la Salud por conducto del Consejo Ejecutivo que se realizará en Ginebra entre el 20 y 28 de mayo de 2013.
Qué se está haciendo en Carache por la Salud Mental.
En el Distrito Sanitario Carache no existen especialistas médicos en psiquiatría, y tampoco instituciones sanitarias para atender este tipo de pacientes, sin embargo desde el año 2000 se le da un impulso a la atención primaria aplicada a la salud mental. Se crea en Carache el Grupo de Promotores Comunitarios de Salud Mental bajo la coordinación del Dr. Jesús Alberto Godoy Montilla, médico pediatra del Hospital I. Dr. Rafael Quevedo Viloria, con el auspicio motivador del Dr. Jesús Matheus, médico psiquiatra y Coordinador Estadal del Programa de Salud Mental de la Fundación Trujillana de la Salud (FUNDASALUD). Dicho grupo está integrado por personas que residen en el Municipio y que se dedican a diferentes oficios y profesiones como docentes, amas de casa, bioanalistas, médicos, entre otros; sin importar su filiación ideológica ni credo religioso. El propósito fundamental del grupo es la promoción de la salud mental en la población a través de actividades comunitarias de diversa índole, y atendiendo casos de usuarios y usuarias en sesiones de terapia semanales aplicando el método del equipo reflexivo propuesto por el Dr. Tom David Andersen, psiquiatra noruego y terapeuta familiar fallecido en el año 2007, el cual se basa en la conversación grupal con la particularidad de que el paciente tiene la posibilidad de participar en el debate que los terapeutas (promotores comunitarios) realizan sobre su caso particular. Además se entregan medicamentos neuropsiquiátricos de forma gratuita a personas que lo requieran suministrados por la Coordinación Regional de Salud Mental.
BIOGRAFÍA
Dr. Tom Andersen
Creador del Equipo Reflexivo
Tom Andersen fue un psiquiatra de origen noruego, considerado por muchos como un maestro y un compañero, otros lo tenían como un interlocutor inteligente y conectado. Alguien dijo: Todos los que tuvieron la posibilidad de compartir con el, fueron tocados por su particular manera de mirar, escuchar y responder.
Sus contemporáneos lo describen como un hombre de pasión, coraje y tenacidad. Después de completar la escuela de medicina se trasladó al norte de Noruega por encima del Círculo Polar Ártico. Ejerció como médico de familia, viajando por lugares accidentados y difíciles, en avión, barco, motos, y caminando, a menudo en medio de un clima extremamente hostil, para reunirse con sus pacientes en sus hogares y en las clínicas. Fue durante este trabajo que tomo conciencia del contexto de la conducta y la fuerza del espíritu humano para enfrentar y superar la adversidad. Esto le llevó a convertirse en un psiquiatra social y no pasó mucho tiempo antes de mostrarse en abierta crítica de la psiquiatría ortodoxa. En particular, desafió la tendencia de la psiquiatría para etiquetar y tratar a las personas. En la década de 1970, descubrió la terapia familiar.
Es reconocido en el ámbito de la psiquiatría mundial por haber aportado su visión de los grupos reflexivos en la terapia (los "reflecting team"), de la reflexividad en las relaciones entre las personas, desde su base como profesor de Psiquiatría Social en el Instituto de Medicina Comunitaria, Universidad de Tromso, Noruega. Esta modalidad promueve la terapia basada en la posibilidad de que el paciente participe de las conversaciones del grupo terapéutico y que se basa en charlas abiertas y cara a cara. Se espera que los terapeutas se desprendan de todo preconcepto o prejuicio frente a lo que escuchan o ven para ser más efectivos en su tarea a la vez que destierra los encasillamientos del tipo: este hombre "es" un delincuente, esta mujer "es" muy nerviosa. También se hace hincapié en la necesidad de entender a la terapia desde un sentido "emocional" en el que el psiquiatra o terapeuta "tiene que involucrarse con el paciente" para ayudarlo a estar mejor. En este sentido, El Dr. Andersen prefería hablar de "relaciones" cuando se refería a la "terapia o trabajo terapéutico", manifestaba que los equipos reflexivos son esencialmente abiertos y todo lo que se habla es expuesto delante de la gente. La persona describe lo que le pasa, describe una situación, y los terapeutas observan los efectos de eso que habla en la misma persona. Al mismo tiempo, lo que la persona ve y escucha que manifiestan sobre él o ella influirá de una determinada manera. Por eso, no sólo se tiene que estar atentos a lo que expresa el paciente sino también a cómo y cuándo lo dice, a sus pausas, al énfasis que pone a las palabras, que gestos y cuestiones corporales están también presentes y cómo lo que va diciendo lo modifica. Para el Dr. Andersen, el lenguaje es el que condiciona los pensamientos de las personas, y no al revés y al respecto señala lo siguiente: "Siempre es posible ver y escuchar en las palabras más de lo que se percibe. Para eso hay que ir despacio, en forma pausada"…, “prestar atención particularmente a los silencios y las posturas corporales como parte de lo que la persona quiere o puede transmitir”. “Las expresiones son las que forman nuestras vidas y al mismo tiempo condicionan nuestros pensamientos. Son las palabras, es el lenguaje el que articula nuestra forma de pensar, y no al revés como siempre se creyó y es por eso que en ellas hay que buscar pistas y respuestas. Las palabras forman nuestros significados y éstos influyen en cómo vivimos”. Los equipos reflexivos, en los que el paciente tiene la posibilidad de participar en el debate que los terapeutas realizan sobre su caso particular, son utilizados en distintos países para abordar diferentes problemáticas de la comunidad con excelentes resultados.
El Dr. Andersen concentró parte de su experiencia profesional en las cárceles, además dedicó los últimos años de su vida a viajar a países subdesarrollados, donando generosamente su tiempo y gestionando fondos para programas de educación dirigido a los terapeutas en esos países. Tom Andersen, murió el 15 de mayo de 2007, de las lesiones cuando se cayó en la costa rocosa Noruega, mientras paseaba a su perro Chico. Dejó muchas huellas que sin duda otros seguirán: la promoción de la justicia social y el trabajo contra la opresión, su uso cuidadoso de las palabras, su distinción de la terapia como una filosofía de la ética, su énfasis en la importancia del movimiento como una forma de lenguaje, y su desafío a la psiquiatría ortodoxa.
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