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domingo, 12 de junio de 2011

Día Mundial del Donante de Sangre 2011

Día Mundial del Donante de Sangre
Martes 14 de junio de 2011
“Más sangre. Más vida”

El Día Mundial del Donante de Sangre se celebra todos los 14 de junio por ser el natalicio de Karl Landsteiner (1868-1943), médico vienés a quien se le concedió el premio Nóbel de Fisiología en 1930, por descubrir el sistema ABO de antígenos sanguíneos y el factor RH en 1901. Ambos descubrimientos fueron fundamentales para el desarrollo del sistema de transfusiones seguro En el año 2004 durante la quincuagésima octava asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se decidió fijar el 14 de junio de cada año como Día Mundial del Donante de Sangre, dedicado a reconocer a los millones de personas que, al donar sangre, salvan vidas y mejoran la salud del prójimo. Cada año se elige un país que alberga un acto mundial que constituye el centro de atención de la campaña publicitaria internacional. El acto mundial de 2011 tendrá lugar en Buenos Aires, y será auspiciado por el Gobierno de la Argentina.

Más sangre. Más vida.
Este año, el Día Mundial pone de relieve la importancia de donar sangre periódicamente para prevenir la escasez en hospitales y clínicas, sobre todo en los países en desarrollo, donde las reservas son exiguas El lema “Más sangre. Más vida”, hace hincapié en la necesidad urgente de aumentar en todo el mundo el número de personas que donan sangre de forma voluntaria y habitual. De los 80 países del mundo con un bajo índice de donaciones de sangre (menos de 10 donaciones por cada 1.000 personas), 79 son naciones en desarrollo. En la actualidad hay solo 62 países con servicios de transfusión de sangre basados únicamente en las donaciones voluntarias, mientras que en 2002 eran solo 39.

Necesidad cada vez mayor de sangre segura.
La necesidad de sangre y productos sanguíneos seguros es universal. Cada año se donan en todo el mundo 90 millones de unidades de sangre, como mínimo. Sin embargo, la demanda de sangre para transfusión sigue en aumento y muchos países no pueden hacerle frente. En muchas regiones eso significa un suministro insuficiente para reponer la sangre perdida durante el parto (una de las principales causas de muerte materna) y para tratar la anemia que pone en peligro la vida de los niños con paludismo o malnutrición. La sangre y los productos sanguíneos son necesarios en todo el mundo para tratar las enfermedades congénitas de la sangre y para las intervenciones quirúrgicas programadas y urgentes, y en particular para las víctimas cada vez más numerosas de los accidentes de tránsito.
Más de 70 países (todos ellos países de ingresos bajos o medios) tienen tasas de donación de sangre inferiores a las que generalmente se consideran imprescindibles para atender las necesidades nacionales básicas, es decir, un 1% de donantes. Incluso los países con tasas elevadas de donantes de sangre luchan a menudo por mantener reservas de sangre suficientes para atender las necesidades impuestas por una serie de procedimientos médicos y quirúrgicos cada vez más complejos. En este sentido, Lía Talavera, coordinadora del Programa Nacional de Bancos de Sangre del Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) señala que aunque en Venezuela existen más de 400 bancos de sangre, de los cuales 93 pertenecen al MPPS y el resto al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), Sanidad Militar y clínicas privadas; sólo el 6.7% de la población es donante voluntaria y el resto lo son por reposición, cifra que ha decaído en los últimos 3 años. El MPPS tiene como meta para este año 2011 aumentar a 10% la cifra de los donantes activos, a través de diversas campañas de información y concienciación sobre la importancia de donar sangre, dirigida espacialmente a los jóvenes, ya que la mayor parte de la población donante es mayor de 40 años.

Importancia de la donación voluntaria.
Un grupo estable de donantes habituales, voluntarios y no remunerados es la base para disponer de un suministro suficiente de sangre segura. Además, hay pruebas de que el riesgo de transmisión de patógenos potencialmente mortales, tales como los virus de la inmunodeficiencia humana o de las hepatitis B y C, es menor con las donaciones hechas por voluntarios que con las hechas por familiares o allegados y, sobre todo, por donantes remunerados. De acuerdo a declaraciones de Lía Talavera coordinadora del Programa Nacional de Bancos de Sangre del MPPS, el donante voluntario es considerado como el de menor riesgo para el receptor de sangre, es por lo general una persona sana, con hábitos y estilos de vida saludables que se programa para donar sangre de dos a cuatro veces al año, lo cual permite que la sangre donada por él sea segura para la persona que la va a recibir, es decir, que los riesgos de transmisión de infecciones y demás complicaciones postransfusionales sean casi inexistentes.

Quiénes pueden donar sangre?
Toda persona sana con identificación, mayor de 18 años de edad y menor de 60, con peso superior a los 50 Kilogramos y cuyos niveles de hemoglobina sean mayores de 12,5 grs. %.

Mitos sobre la donación:
  • Donar sangre engorda: Falso, la persona que dona sangre no aumenta de peso. Si lo hace es debido a otras causas.
  • Donar sangre produce anemia: Falso, antes de donar sangre la persona pasa por un chequeo médico y exámenes para descartar anemia. La persona que dona sangre no sufrirá de anemia, inmediatamente se activa el sistema hematopoyético para la recuperación de la pérdida por sangre nueva.
  • Donando sangre se corre riego de contraer enfermedades infecciosas: Falso, Los donantes no contraerán VIH/SIDA, ni ninguna otra infección por el hecho de dar sangre. Todo el material utilizado es estéril y desechable.
  • Donar sangre debilita y baja las defensas: Falso, la cantidad de sangre extraída se repone en pocas horas con todos sus componentes glóbulos rojos, glóbulos blancos (defensas naturales), plaquetas y plasma.
  • Donar sangre es un procedimiento doloroso: Falso, Es un procedimiento  sencillo y no doloroso, el dolor es más psicológico que real.
  • Solo se dona sangre cuando hay emergencias: Emergencias ocurren a cada minuto, cada paciente que requiere una transfusión constituye una emergencia. Si en el momento no se dispone de sangre, podría morir.
  • Donar sangre quita mucho tiempo: Falso, solo bastan 15 minutos de la vida, es lo que dura el proceso de extracción.
  • Quien sufrió de hepatitis no puede donar sangre: Falso, la Hepatitis más común es la tipo A y no es impedimento para donar.
Biografia y vida de Karl Landsteiner
(Viena, 1868-Nueva York, 1943)

Landsteiner nació en Viena el 14 de junio de 1868. Su padre Leopold Landsteiner, abogado, fue un conocido periodista y editor. Murió cuando Karl tenía seis años. Su madre, por la que sentía especial devoción, se llamaba Fanny Hess. Estudió medicina en su ciudad natal entre 1885 y 1891, año en el que se graduó. Desde el principio se interesó por los estudios de química, gracias a la influencia de Ernst Ludwig (1842-1915). Con el fin de mejorar su formación en este campo pasó un largo periodo de tiempo en Alemania y Suiza en los laboratorios de Arthur Rudolf Hantzsch (1857-1935), en Zurich; Emil Fischer (1852-1919), en Wurzburg; y con Eugen von Bamberger (1858-1921) en Munich. Durante estos años publicó varios trabajos.

Regresó luego a su Universidad. Allí hizo el doctorado con Otto Kahler (1849-1893) en la segunda cátedra de clínica médica. Entre 1894 y 1895 estuvo con el profesor checo de cirugía Eduard Albert (1841-1900). En 1896 y 1897 fue asistente de Max von Gruber (1853-1927) en el Instituto de Higiene. Dos años después pasó al Departamento de Anatomía patológica que dirigía A. Weichselbaum (1845-1920), que había descubierto la causa de la meningitis bacteriana (meningococo de Weichselbaum). También trabajaba Eugen Fraenckel (1853-1925), descubridor entre otros del que se llamó Bacillus fraenkeli, y posteriormente Clostridium perfringens. Landsteiner fue contratado para realizar necropsias. Aunque estaba en un departamento de patología su trabajo tenía un fuerte componente fisiopatológico. En 1908 Weichselbaum favoreció que le nombraran director de los laboratiros del Wilhelminaspital, de Vienna. Permaneció allí hasta 1919. Desde 1911 fue también profesor de anatomía patológica de la Universidad de Viena, pero sin salario.

Finalizada la primera guerra mundial, las condiciones para seguir trabajando en Viena eran muy difíciles. Decidió marchar a Holanda, La Haya, donde fue contratado como prosector en un pequeño hospital católico, el R.K. Ziekenhuis. Más tarde se incorporó al Instituto Rockefeller de Investigación Médica de Nueva York, donde se trasladó con su familia. Permaneció allí hasta su jubilación en 1939 aunque siguió ligado al centro como emérito. Diez años antes obtuvo la nacionalidad americana. En Nueva York colaboró con varias personas con las que publicó trabajos notables, como Philip Levine (1900-1927) y Alexander S. Wiener (1907-1976).

Se dice que Landsteiner fue una persona tímida y con mucha autocrítica. Fue un gran lector y un excelente pianista. Recibió varias distinciones como la Medalla Paul Ehrlich, el premio de la Fundación Han Aronson, la Legión de honor francesa, y fue nombrado doctor honoris causa de las Universidades de Cambridge, Chicago, Universidad Libre de Bruselas y Harvard. También perteneció a varias sociedades científicas como la National Academy of Science, la American Philosophical Society, la American Society of Naturalists, la American Society of Immunologists, la Academia de Medicina de Francia, la New York Academy of Medicine, la Royal Society of Medicine, la Medical Chirurgical Society of Edimbourgh, la Sociedad Belga de Biología, la Real Academia danesa de Ciencias, la Academia dei Lincei, etc. Prácticamente murió en su laboratorio de Nueva York “con la pipeta en la mano”. Le sorprendió una trombosis coronaria y murió dos días después en el hospital, el 26 de junio de 1943. Nada se dijo en su país natal y en Alemania hasta finalizada la segunda gran guerra.

Desde el principio el tema que llamó la atención a Landsteiner fue el de la inmunología y la serología. Sus áreas de trabajo fueron, por tanto, la química, la anatomía patológica, la patología experimental y la ya mencionada inmunología. En el año 1900 publicó en el Zentralblatt für Bakteriologie la nota de investigación “Zur Kenntniss der antifermentativen, lytischen und agglutinierenden Wirkungen der Blutserums und der Lymphe”, en la que explica lo que ahora conocemos como reacción de los anticuerpos en el suero sanguíneo, con un comentario sobre la aglutinación de los hematíes de algunas personas por el suero de otras. Un año después se refería en otra nota breve (“Ueber Agglutinationserscheinungen norma- len menschlichen Blutes”) publicada en el Wiener klinische Wochenschrift, a tres grupos sanguíneos humanos, el A (que posee el antígeno A y el anticuerpo anti-B), el B (que posee el antígeno B y el anticuerpo anti-A), y el C (más tarde rebautizado 0, que carece de antígenos, pero tiene anticuerpos anti-A y anti-B). Utilizó los sueros y células de seis personas que trabajaban en su laboratorio, incluido él. Como compañeros de trabajo tuvo a Erdheim Jakob (1874-1937), Oskar Stoerck (1870-1926), Alfred Decastello y Adriano Sturli (1873-1964). Estos dos últimos describieron poco después el grupo AB sin poder aglutinante.

Los hallazgos de Landsteiner permitieron establecer sobre fundamentos científicos sólidos la práctica de la transfusión. Recordemos que el cirujano berlinés Albert Landerer empleó suero salino en 1881 para sustituir la sangre perdida durante las intervenciones. Lo mismo hicieron Victor Horsley (1857-1916) y L.G. Wooldridge. Los primeros en realizar transfusiones teniendo en cuenta los hallazgos de Landsteiner fueron George Washington Crile (1864-1943) con su método de transfusión directa arteria-vena (1906) y A.R. Kimpton y J.H. Brown que iniciaron la transfusión indirecta mediante la conservación de la sangre en sus tubos parafinados en 1913.

Por esos años, en 1914, A. Hustin y L. Argote observaron el efecto anticoagulante del citrato sódico, que hizo posible la transfusión de sangre conservada. Estos hallazgos fueron importantes durante la primera gran guerra. Pudieron realizarse intervenciones en el corazón, el aparato circulatorio y el respiratorio. También se utilizó el frío para conservar la sangre. La idea de Landerer de utilizar suero salino en vez de sangre también continuó vigente. La aclaración de los grupos sanguíneos fue igualmente de utilidad para la medicina legal y forense, en lo que se refiere a la determinación de la paternidad y en los casos de asesinato. En el año 1930 le fue concedido el Premio Nobel de Medicina y Fisiología por el descubrimiento de los grupos sanguíneos en la especie humana. Este hecho tuvo una repercusión de gran alcance para la clínica. Las contribuciones de Landsteiner al conocimiento de las relaciones entre estructura química y especificidad serológica fue importante.

Mientras estuvo en los laboratorios del Wilhelminaspital empezó a interesarse en la poliomielitis. Esta enfermedad fue la primera de tipo viral del sistema nervioso descrita en la clínica y el laboratorio. Landsteiner estudió su transmisión en los monos. En 1909 publicó con Erwin Popper (1879-1955) “Uebertragung der Poliomyelitis acuta auf Affen”, en el Zeitschrift für Immunitatsforschung und experimentelle Therapie. Mostró con el microbiólogo rumano del Instituto Pasteur, Constantin Levaditi (1874-1953), que se trataba de un virus filtrable en un trabajo que apareció en el Wiener klinische Wochenschrift. Levaditi lo cultivó in vitro sobre fibroblasto en 1913. Asimismo Landsteiner investigó la sífilis. En colaboración con Finger estudió de forma experimental esta enfermedad en los monos. Demostró que la reacción de Wassermann podía obtenerse también con extractos de órganos no sifilíticos. Introdujo la microscopía de campo oscuro para identificar las espiroquetas en 1906. Con Viktor Mucha publicó “Zur Technik der Spirochaeten Untersuchung” en el Wiener klinische Wochenschrift.

Cuando Landsteiner estuvo en La Haya se interesó por los haptenos, sustancias de pequeño peso molecular que por sí mismas no inducen la formación de anticuerpos, pero que unidos a una proteína transportadora como la albúmina estimulan una reacción inmunitaria. Un hapteno es la parte de un antígeno que por sí solo no dispara la respuesta inmunitaria, pero sí posee especificidad. El descubrimiento de este fenómeno fue muy importante para la inmunidad y Landsteiner se dio cuenta de él estudiando las reacciones alérgicas. Posteriormente, cuando ya se encontraba en los Estados Unidos, siguió profundizando en el conocimiento de la inmunidad y de la alergia. Investigó las dermatitis de contacto por reacciones alérgicas a sustancias externas que penetran en la piel. En 1927 Landsteiner y Philip Levine (1900-1987) publicaron en los Proceedings of the Society for Experimental Biology and Medicine el trabajo “A new agglutinable factor differentiating individual human bloods”, donde daban noticia del descubrimiento de los aglutinógenos M, N y P.

En el Rockefeller siguió estudiando las bases químicas de la especificidad inmunológica. También desarrolló otras líneas. Con Philip Levine y Alexander Solomon Wiener (1907-1976) continuó profundizando en el conocimiento de los grupos sanguíneos y pronto descubrieron el factor Rh o Rhesus, que muchos humanos comparten con los monos rhesus y que era el responsable de una temida forma de la enfermedad hemolítica de los niños. En 1927 había publicado con Levine Philip Levine (1900-1987) el trabajo “A new agglutinable factor differentiating individual human bloods”, donde daban noticia del descubrimiento de los aglutinógenos M y N. En 1940 Landsteiner publicó con Wiener el artículo “An agglutinable factor in human blood recognized by immune sera for rhesus blood”. en los Proceedings of the Society for Experimental Biology and Medicine en 1940.
Landsteiner colaboró también en el Rockefeller con el inmunólogo Merrill W. Chase (1905-2004) y con W.R. Strutton. En 1934 publicaron un artículo en el The Journal of Immunology que llevaba por título “An Agglutination Reaction Observed with Some Human Bloods, Chiefly Among Negroes”, donde daban noticia del factor de la sangre que se encuentra en los negros y que se llama factor Hu y He o de Hunter-Henshaw. Los anticuerpos anti_Hu y anti-He se producen cuando se inyectan los hematíes del sujeto en conejos.
Landsteiner llegó a publicar en torno a los trescientos cincuenta trabajos. En 1933 todavía apareció el libro que resumía las investigaciones que desarrolló sobre las reacciones antígeno-anticuerpo: Die Spezifizität der serologischen Reaktionen, que se tradujo al inglés en 1936 con el título The specificity of serological reactions. Alcanzó varias reediciones. Antes de morir todavía revisó la edición ampliada en la que se incluía el capítulo de su amigo Linus Paulig: “Molecular Structure and Intermolecularforces”.